El cerdo ibérico es una raza autóctona de la Península Ibérica. Se
crían casi en total libertad, alimentándose de lo que les da la
naturaleza, principalmente bellotas, pero también otros frutos y hierbas
aromáticas. Durante el invierno, el cerdo ibérico va ganando peso, sin
dejar de hacer ejercicio cada día. Así se consigue su apreciada carne
rosada y veteada. El cerdo se sacrifica después de unos 14 meses en
libertad y comienza su curación, bajo el criterio experimentado del
maestro jamonero.
1) Salazón
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2) Secado
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3) Bodega
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Cubrir de sal los jamones para deshidratar la carne fresca. El tiempo
depende del peso de cada pieza, más o menos un día por kilo. |
Dura más de un año, en espacios con temperatura y humedad controladas, imitando la meteorología de cada estación. |
Donde termina el proceso a temperatura ambiente. El tiempo lo marca la calidad del producto. |
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